Central Córdoba (SE) se lo dio vuelta a Huracán y se convirtió en el primer finalista

El corazón del norte de la provincia de Buenos Aires, más precisamente la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, fue testigo de cómo el Globo y el Ferroviario se sacaron chispas en búsqueda de un pasaje al último partido de la competencia en el que participan equipos de las cinco categorías oficiales del fútbol argentino. En los primeros minutos de juego, los caminos se le abrieron muy fácilmente al equipo de Frank Kudelka, que gracias al bombazo desde afuera del área de Hernán De La Fuente, los de Parque Patricios pudieron adelantarse en el marcador. Huracán vs. Central Córdoba, por la Copa Argentina: el golazo de De La Fuente (1-0). Sin embargo, el gol no le impidió al Ferroviario mostrar trances de buen fútbol: eso hizo que llegará al empate en un abrir y cerrar de ojos. Tras una buena jugada colectiva, Rodrigo Atencio, quien se convirtió en el máximo goleador de la competencia con cuatro tantos superando a Edinson Cavani y a Milton Giménez, que tienen tres, estampó el empate en el Único. Con el correr de los minutos, el combinado de Omar De Felippe se iba sintiendo cada vez más cómodo en el campo de juego, mientras que Huracán quedó golpeado después del empate. Esa diferencia técnica y táctica, Central Córdoba la pudo trasladar en el tanteador cuando a los 37 minutos de la primera parte, José Florentin, marcó, de cabeza, para que el conjunto de Santiago del Estero se vaya al descanso ganando 2-1. La segunda parte fue un monólogo absoluto de Central Córdoba, que no se conformó con la mínima ventaja y buscó ampliar la diferencia. Nuevamente, en la cabeza del exjugador de Vélez acusado de abuso sexual, tuvo una oportunidad inmejorable de aumentar la ventaja frente a un Huracán que le cedió la pelota y, a pesar de los cambios, no mostró signos de mejora futbolística. Aunque hizo todo lo posible para empatarlo en los últimos minutos y así tener una oportunidad en los penales, pero el reloj y la resistencia del Ferroviario fueron sus peores enemigos.